COSCOMATEPEC Y LA RUPTURA DEL SITIO

COSCOMATEPEC Y LA RUPTURA DEL SITIO

Coscomatepec, Ver.- Las calles de Coscomatepec vuelven a estar en silencio como aquel frío 4 de octubre. No hay arenga, ni desfile. No hay fiesta por la gesta heroica del pueblo, dirigida por Nicolás Bravo.


El general insurgente revive en la voz de muchos de los jóvenes que lo han encarnado a lo largo de los años, que se escapan del “silencio oficial” a través de las redes sociales con un documental producido por Humberto Luna Carvajal, al celebrarse el 207 aniversario de la Ruptura del Sitio.


Los clubes Nicolás Bravo y Fundadores encuentran la forma de revivir la cabalgata, pues la contingencia sanitaria obliga a la suspensión de la representación y el desfile cívico-militar, eventos masivos a los que asistían miles de personas de toda la región.


La noche del 4 de octubre de 1813, durante la guerra de independencia, Nicolás Bravo rompió el sitio realista impuesto en Coscomatepec. Fueron en total 33 días de valiente resistencia insurgente, que fue posible gracias al apoyo de las guerrillas de toda la región.


Famoso se hizo el estribillo del talayote cantado por los insurgentes los últimos días de resistencia, quienes sentenciaron al enemigo, “hallara la jaula sola, porque el pájaro voló…”. Los insurgentes escaparon y burlaron al enemigo.


Antes del sitio y ruptura en Coscomatepec, el cura Morelos decidió dominar Veracruz para asediar las villas tabacaleras, que proveían de recursos económicos al virreinato, principalmente en Córdoba y Orizaba. Fue este poblado, estratégicamente ubicado, el lugar donde se concentraron las fuerzas insurgentes y su comandante, Nicolás Gravo.

COSCOMATEPEC, ANTES DE LA RUPTURA

La región de Huatusco, Chocamán, Tomatlán y Monte Blanco eran los núcleos más fuertes de batalla y defensa de las guerrillas contra los realistas. Eran sus habitantes quienes ofrecían apoyo a las villas de Córdoba y Orizaba.


El cura Morelos apenas un año antes, en mayo de 1812, tomó la ciudad de Orizaba, pero a finales de noviembre, el ejército realista la recuperó y en Acultzingo, se libró otra dura batalla.


En Coscomatepec, el presbítero Antonio Amez y Argüelles a inicios de 1812, había solicitado la presencia de las fuerzas realistas. El virrey Calleja desplegó por completo sus actividades en la zona de Veracruz.


El realista Antonio Conti fue designado para realizar las operaciones militares y en Coscomatepec exigió 10 mil pesos para respetar la vida de los pobladores. El pueblo comenzó a cambiar de bando y se pasó al lado de los rebeldes.


Mientras los realistas cometían excesos, el cura José María Morelos designó al general Nicolás Bravo a cargo de la defensa de Veracruz. La villa de Coscomatepec fue elegida para asentar un fuerte, desde donde sus guerrillas se dedicaron a acosar con éxito a las fuerzas realistas.

EL SITIO DE COSCOMATEPEC

En la trinchera, el valor era la mejor arma de los insurgentes para enfrentar a los cañones y armas de los realistas. En medio del polvo, los fuertes estallidos de la artillería y el hambre, indios y mestizos defendieron Coscomatepec.


Conti creyó que Nicolás Bravo era descuidado y se dispuso a asaltar el fuerte de Coscomatepec con 600 hombres. Dos descargas de artillería a metralla lo hicieron retroceder vergonzosamente. El guerrillero Pascual Machorro los persiguió y ahuyentó.


Los chocamecos no quedarían en el olvido y al mando del capitán Juan Félix Luna, un batallón se dedicó a proteger a los insurgentes de posibles ataques realistas.

Apenas unos días después, el 5 de septiembre, el coronel Juan Cándado puso sitio formal a Coscomatepec. Serían 33 días de continuos de duros combates.


La resistencia no esperada de los insurgentes, obligó al virrey Calleja a enviar al Coronel Don Luis del Águila, para que dirigiera las operaciones militares. Los sitiadores, con elementos de guerra traídos de las villas, cercaron a Bravo, haciendo pasar momentos difíciles a los insurgentes, que empezaron a carecer de parque y víveres. Bravo tuvo que racionar la comida hasta llegar a chayotes hervidos solamente.


Para el 27 de septiembre, Pascual Machorro, Félix Luna y Miguel Montiel, integraron una división de 500 caballos. A su vez, los realistas disparaban día y noche, pero sin obligar a los insurgentes a rendirse.


El 30 de septiembre el coronel Del Águila llegó para encargarse del sitio y comenzó a trabajar aprovechando los planes de Cándano. Frente a Coscomatepec se encontraba toda una división de soldados europeos fogueados en recias batallas en Europa, con magnifica artillería y bastante parque. En contraste, Bravo ya no contaba con alimentos, tropa y el pueblo padecía hambre.


Con el tiempo en contra, Nicolás Bravo convocó al pueblo frente a su cuartel a las 11:00 de la noche del 4 de octubre, informándole a la gente que dos horas más tarde abandonaría el poblado, quedando la gente en libertad de seguirlo o pedir el perdón ofrecido desde antes por el coronel Del Águila. La única condición establecida fue guardar completo silencio para no alertar a los siempre vigilantes realistas.


Al día siguiente, el coronel Del Águila entró al poblado, pero ocupó un pueblo vacío; la jaula estaba vacía. Tres días después y tras penosos recorridos, los insurgentes llegaron a Huatusco. El sitio de Coscomatepec había concluido.

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Redacción

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