PARLAMENTO VERACRUZ

PARLAMENTO VERACRUZ

Por: Juan Javier Gómez Cazarín

Después de diferentes grados de confinamiento por la pandemia y de mucho esfuerzo de alumnado y magisterio por llevar clases en línea, nuestro sistema educativo experimenta una normalidad que no se veía desde marzo del 2020.

Este lunes regresaron a clases más de dos millones de personas, entre estudiantes y docentes. Estamos hablando de una cuarta parte de toda la población de Veracruz.

Y con la vuelta a clases surge un efecto secundario más allá del beneficio para la formación escolar de niñas, niños y jóvenes. Un efecto que no por secundario es menor: el movimiento económico.

Si midiéramos a la educación por su capacidad de movilizar a más del 25 por ciento de los habitantes del Estado, tendríamos que decir que el sistema educativo es, por sí mismo, un motor fundamental de la economía veracruzana.

¿Por qué se me vino a la mente lo anterior ayer domingo? Porque pasé frente a una peluquería donde le estaban cortando de última hora el cabello a un niño de más o menos nueve años. Otros tres niños, con sus mamás, estaban esperando turno. Eran como las 6:00 de la tarde y pensé que habría sido un día muy ocupado para ese peluquero. Puse más atención y me di cuenta que había otras peluquerías con chamba en más lugares de la ciudad.

Es muy probable que hoy miles de maestras y maestros que tienen dos turnos vayan a comer en alguna comida corrida cerca de sus escuelas.

Estoy seguro de que taxistas y microbuseros, la señora que tiene una tiendita enfrente, el de los helados o los globos que llegan a la salida, la señora que arregla ropa, la papelería de la esquina y, en los planteles grandes, hasta el lavador de coches ya sintieron este lunes la diferencia en su bolsillo. De las tienditas adentro de las escuelas ya ni hablamos.

El Covid ha sido muy duro con todas y todos: perdimos gente muy querida y golpeó la salud de muchas y muchos más (a mí me dio cinco veces ¡cinco!).

Días como hoy nos marcan la señal de que ya vamos por menos. El programa de vacunación sigue su marcha y nuestra vida diaria parece volver a su carril.

La economía de muchísima gente gira alrededor de las escuelas y hoy, para ellas y ellos, la vuelta a clases es el inicio de la recuperación.

Por lo pronto: mi reconocimiento de siempre al magisterio veracruzano, a las autoridades y a madres y padres de familia que estos dos años hicieron un esfuerzo enorme por sacar adelante la educación de niñas, niños y jóvenes sin perder calidad ni atrasarse en los programas.

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Redacción

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