LAS COSAS QUE NO ENTIENDO
Por: Miguel Olvera
BATEADOS muy lejos del terreno de juego salieron Zaira Ochoa Valdivia y Eleuterio Arrieta, ambos ex diputados federales del Morena, a quienes los votantes dejaron fuera del consejo estatal al no poderse ubicarse entre las primeras 5 posiciones en la elección de delegados de ese organismo político, celebrada este fin de semana. Basta referir que, en su natal Tierra Blanca, Eleuterio Arrieta apenas sumó 199 votos, ahí mismo, Zaira Ochoa sumó 143 sufragios, mientras que en Huatusco subió apenas a 154. En la ciudad de las chicatanas Arrieta Sánchez, al igual que en la Cámara de Diputados, fue prácticamente un fantasma. Bien dice un dicho que cosechas lo que siembras, aunque ambos personajes ni siquiera sembraron algo durante el tiempo que estuvieron en el congreso federal, de dónde salieron sin pena ni gloria, basta recordar que a Eleuterio Arrieta incluso lo corrieron de la zona de Huatusco por no cumplir ninguna de sus promesas de campaña y cuya “casa de gestión” parecía más una bodega que abría ocasionalmente para guardar algunas cosas. Algunos personajes más que presumían tener el músculo morenista simplemente quedaron pulverizados, aunque claro, los reclamos vinieron solo después de ser derrotados y entonces sí, sacaron a relucir las eternas consignas de traición. En lo inmediato, el Distrito XIII de Huatusco ya cuenta con sus 5 delegadas y 5 delegados. Ahora la pregunta que sigue sonando en el aire desde hace ya tres años es, y la oposición ¿que tiene que ofrecer?.
HABLANDO DE DIPUTADOS este fin de semana fue vista enfiestada en Atoyac la diputada federal de Huatusco en funciones, Angélica Peña Martínez, sí, esa que usted recuerda bien por votar a distancia el Presupuesto de Egresos de la Federación mientras se encontraba en una fiesta en su natal Cuitláhuac, aprovechando que por la pandemia del coronavirus, los legisladores podían conectarse y participar en las sesiones a distancia. Por esa puntada, Peña Martínez, se ganó un espacio en las noticias a nivel nacional y después de eso, desapareció. Hasta el momento se desconoce que haga la diputada cuando se encuentra en la Cámara de Diputados, pues en el distrito de Huatusco, solo se le ha visto tomándose la foto en los eventos a la que es invitada, pero a los que nada aporta en términos de gestión.
GOLPES DE PECHO E INMACULADOS se sienten los seguidores de San Miguel Sedas, quienes colgándose ahora no la medallita de la Virgen de Guadalupe (hasta que la dejó en paz a la pobre), sino de la cultura. Ahora todos se convirtieron en defensores de Huatusco y paladines de la justicia y bueno, salieron hasta a rasgarse las vestiduras en defensa del grupo folclórico al que apapachaba “Miguelito” y que lleva como bandera la cultura, pero que bajo el agua (eso nunca lo dirán ni lo reconocerán) solo ha buscado beneficios económicos, de los que, por supuesto, gozaron holgadamente durante la era sedista. Muchas personas abrieron los ojos, descubrieron cuales eran las intenciones de esa “directiva” y prefirieron deslindarse, lo que desinfló a ese grupo que ahora recibe muestras de apoyo de gente que hace años ni los buenos días daba en las redes sociales. Después de más de medio año de haber sido derrotado en las urnas, de nuevo volvió a dar señales de vida el eterno devoto mariano, quien quizás espera que a la gente de Huatusco ya se le haya olvidado todo lo que hizo y lo que pasó mientras gobernaba ¿será?.
EN TOTUTLA el agua ahora no falta, le sobra ahora a la alcaldesa Nora Acosta Gamboa, que para resolver el problema de desabasto del vital líquido en los hogares decidió primero, contratar pipas de agua que se llevan el vital líquido de Huatusco. Un capítulo después, el agua sobró milagrosamente en la cabecera municipal, para ser específicos en la colonia Zacatlame, solo que a las familias no les llegó a través de la red de suministro, sino del suelo mismo, pues se inundaron debido a la mala ejecución de una obra financiada nada más y nada menos que en millón y medio de pesos. Y es que, en Totutla la presidenta no se anda con rodeos, o nada el pato, o ni agua bebe. Por ahora es todo, hasta la próxima.