LA VIDA EN AMARILLO
Huatusco, Ver. – En Huatusco hay gritos desgarradores. No es ninguna balacera o dolor por el ser querido perdido; es el anuncio de otra canasta anotada en las canchas de la Alameda Agustín Chicuellar. Huatusco ya está en amarillo y para la gente solo significa ¡libertad!.
Aunque aquí no ha iniciado la vacunación de adultos mayores contra el coronavirus, la gente se comporta como si todos ya estuvieran inmunizados.
Los globos vuelan. El sube y baja se contonea de alegría después de meses de prohibición y el tobogán se llena de electricidad producto de la fricción de los niños deslizándose por el.
En la banca casi semi dormido, un padre agradece el tiempo libre mientras sus hijos suben y bajan de los juegos.
En las calles del centro la gente se atropella para pasar y en los cruces, más de un auto queda varado a media calle por culpa de los peatones que no se fijan al cruzar. La plazuela la invaden personas que buscan una sombra para descansar.
En los hechos los taxis operaron a tope aunque se declaró la contingencia sanitaria, los autobuses no respetaron la reducción al 50 por ciento de su capacidad y las grandes tiendas no cerraron.
Todos salen a la calle ya sin cubre bocas y sin guardar la sana distancia para aprovechar el descanso que ofrece el período vacacional de Semana Santa. Pero el coronavirus sigue ahí.
