LAS COSAS QUE NO ENTIENDO
INDIFERENCIA es la que le causa a la alcaldesa de Totutla, Nora Acosta Gamboa, cualquier queja de sus gobernados, crítica e incluso consejo que operadores políticos puedan darle para dar los mejores resultados en esa localidad, pues ella es la máxima autoridad y lo que pase a su alrededor, le tiene sin cuidado. Después de tantos años de perseguir el cargo, no solo la presidencia municipal, sino hasta una diputación, por fin se le cumplió su sueño y lo que pase en el municipio es lo de menos, mientras exista una placa en su oficina que lleve su nombre acompañado del cargo “presidenta”. Claro que esa oficina es prestada solo por cuatro años y después, el futuro es tan incierto como para muchos ex alcaldes, sino pregúntenle a Guillermo Beristaín Rincón, o a Cesar Torrecillas, ex presidente municipal de Fortín, o Carlos Narcizo Macizo, en Ixhuatlán del Café, que de viajar en camioneta último modelo y despilfarrar dinero por montones, durante meses tuvo que andar pidiendo cooperaciones para ir a Xalapa a arreglar sus cuentas públicas. La realidad es tan diferente desde el poder, que Acosta Gamboa afirma que todo mundo le deben favores y le debe dar las gracias, ignorando quizás, que hay todo un mundo allá afuera y que sí, el sol no necesita pedirle permiso, ni darle las gracias para salir. Por cierto que muchos ex funcionarios que se sentían paridos por los dioses hoy están tras las rejas, aun cuando se sentían protegidos por el gobernador en turno ¿o por un secretario de gobierno?. De Totutla ahí le paramos, porque podría sentirse inspirada la primera autoridad y quien sabe que pueda ocurrir, ya sabe usted que luego le da por permitir que los difuntos se salgan de sus tumbas o que sus colaboradores anden de la mano con el dios Baco, sintiéndose rápidos y furiosos a bordo de los vehículos oficiales, los que terminan chocando.
CON PORRA particular se volvió a ver a Zenyazen Escobar, secretario de Educación, ahora en la ciudad de Córdoba, donde participó en la conmemoración del 202 aniversario de la batalla de Córdoba, un evento cívico a donde se hizo acompañar de un grupo de sus incondicionales acompañados hasta con lonas, que lo siguieron a todas partes para poderle aplaudir a su jefecito, pero bueno, echarse porras uno mismo no le hace daño a nadie, construir castillos en la arena tampoco. Curiosamente en ese contingente se pudo ver al síndico de Ixhuatlán del Café, Ignacio Luna, como todo un luchador social, puño arriba y lanzando consignas para apoyar a Zenyazen. Si así como lanza porras trabajara en el municipio, no le lloverían tantas quejas por inasistencias y el municipio ya sería otro. Dejemos en claro que sí, el funcionario acudió a un evento cívico (que se convirtió en mitin político) en su día de descanso, pero si así como derrocha energía en domingo, lo hiciera entre semana, la comunidad ixhuateca se lo agradecería ¿o no?.
EN AMATLÁN Luis Figueroa Vargas sigue sin poder acertar en las decisiones que toma, al grado que su falta de tacto político, derivó en la toma del Palacio Municipal, todo por el tema del Centro de Transferencia de residuos que se busca instalar en esa localidad. Ya es año y medio de gestiones y entre la comunidad amateca el mal sabor de boca continúa, pues muchas fueron las promesas que hizo el ahora presidente municipal, pero que han quedado solo en eso, promesas. Para muestras basta un botón y su feria de la “Cruz y el Rosario” la inauguró cortando una cinta de “peligro”, lo que el consideró en su momento algo heroico. Es triste que el significado de las palabras se haya degradado a tal nivel, que cortar una cinta, el funcionario municipal lo considerara un acto de esa magnitud. Ya de obras y el trato hacia la ciudadanía mejor ni hablamos. Por ahora es todo, hasta la próxima.