DURANGO APRUEBA PROHIBIR LAS TERAPIAS DE RECONVERSIÓN
DURANGO. – Bajo la premisa de que todos tenemos derecho a ser quienes queremos ser, el Congreso de Durango aprobó la iniciativa para prohibir las terapias de reconversión en el estado.
El diputado Martín Vivanco Lira, de Movimiento Ciudadano, fue quien presentó la misma desde el año pasado para lograr su erradicación, pero fue aprobada hasta este jueves.
“No podemos permitir tortura, no podemos permitir actos de barbarie y estos son las terapias de conversión que toman múltiples formas”.
“Se dan en centros de rehabilitación, se dan en otros lugares de congregaciones, donde hay alguien que tienen una posición de autoridad y que empieza a denigrar al otro por quién es y esos métodos de conversión no pueden ser calificado de otra manera más que de tortura”, manifestó entre sus argumentos.
La sanción va de multa a prisión de 5 a 6 años a quien de alaguna manera fomente, financie o permita algún tipo de terapia de conversión.
Las llamadas “terapias de reconversión”, también conocidas como terapias de modificación de la orientación sexual o identidad de género (por sus siglas en inglés SOCE = Sexual Orientation Change Efforts; GICE = Gender Identity Change Efforts), consisten en un conjunto de intervenciones cuyo objetivo declarado es cambiar, reprimir o eliminar la orientación sexual hacia personas del mismo sexo, la identidad de género diferente al sexo asignado al nacer o las expresiones de género que no se ajustan a normas cis-heterosexuales.
Estas prácticas pueden realizarse en contextos clínicos, religiosos o personales, y pueden adoptar formas de terapia hablada, consejería psicológica, apoyo espiritual, presiones familiares, o una combinación de estos.
Las principales asociaciones de salud mental y derechos humanos han concluido que no existe evidencia robusta que demuestre la eficacia de dichas terapias para lograr el cambio de orientación sexual o identidad de género, y por el contrario, se han documentado efectos adversos significativos para la salud mental de las personas sometidas a ellas (incluyendo aumento en pensamientos suicidas y conducta autolesiva).
En resumen, las terapias de reconversión se basan en la creencia de que la heterosexualidad o la identidad cisgénero son el estándar deseable, una premisa ampliamente cuestionada desde el punto de vista ético, científico y de los derechos humanos.
