CUBA REPORTA 47 MIL ENFERMOS DE CHIKUNGUÑA
CUBA. – Surgida en julio en el occidente de Cuba, una epidemia de chikunguña se ha extendido por toda la isla, con casos disparados en las últimas semanas en un contexto de falta de higiene, alimentos y medicinas.
La epidemia de chikunguña, un mal que se caracteriza por fiebre alta y fuertes dolores articulares, comenzó en julio en la provincia occidental de Matanzas, vecina de La Habana, y ya se extendió a las 15 provincias de la isla, que también reporta brotes de dengue, zika, oropouche y fiebre amarilla.
La chikunguña “es la principal arbovirosis que nos está afectando, que abarca todo el país”, dijo el el jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, quien actualiza diariamente en la televisión nacional la cifra de enfermos registrados.
Según el experto, más de 47 mil cubanos han sido diagnosticados esta semana con el virus, el doble que la semana anterior, “lo que traduce la complejidad de la enfermedad”.
Cuba reportó este 627 casos nuevos o sospechosos en un solo día, pero Durán advirtió que esa cifra “no se corresponde con la realidad”, pues hay “un número determinado de pacientes que no van al consultorio” médico.
La semana pasada, Durán precisó que un 30% de los 9.7 millones de cubanos ya contrajeron este virus o dengue.
Los habitantes de Jesús María se quejan por las difíciles condiciones de vida, incluidos los apagones y la falta crónica de alimentos y medicinas.
La epidemia de chikunguña castiga a una isla ya debilitada por su peor crisis económica en tres décadas, marcada por una falta de divisas que ha erosionado los servicios básicos —incluidos los hospitalarios— y los programas de prevención, como los de fumigación, afectados por la escasez de combustible.
La situación se torna más compleja en la región oriental de la isla, azotada hace tres semanas por el huracán Melissa, que causó grandes destrozos y dejó daños en 642 centros de salud.
Cuba enfrentó en el pasado fuertes epidemias de dengue, pero la chikunguña llegó al país por primera vez en junio de 2014, como parte de un brote regional que había comenzado a finales de 2013 y que afectó a países como Brasil, Colombia, Haití y República Dominicana.
Sin embargo, las autoridades cubanas lograron controlar entonces el pequeño brote registrado en Santiago de Cuba.
Esta vez, el brote se salió de control debido a “la falta de higiene, la basura acumulada” y el agua almacenada en tanques para paliar la escasez de agua corriente, que este año ha afectado a tres millones de cubanos, según las autoridades.
De acuerdo con el Minsap, 20 cubanos con chikunguña se encontraban este jueves en estado crítico. Hasta la fecha no se han reportado fallecidos oficialmente.
En una isla golpeada por la falta de transporte, una migración masiva y bajos niveles productivos, la epidemia torna más compleja la situación económica.
La epidemia de chikunguña en Cuba ha adquirido proporciones alarmantes no sólo por la velocidad de propagación, sino también por el impacto estructural que ha revelado en el sistema sanitario de la isla. Según reportes recientes del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), entre julio y noviembre de 2025 se ha confirmado una circulación simultánea de cuatro arbovirosis principales: chikunguña, dengue, zika y oropouche, una situación sin precedentes en los últimos 20 años.
Las cifras más recientes actualizadas por el Dr. Francisco Durán indican que más de 320,000 personas han sido atendidas por sospecha de alguna de estas enfermedades en lo que va del segundo semestre del año.
La chikunguña, en particular, ha mostrado un crecimiento exponencial. Según el último boletín epidemiológico del Minsap (noviembre 2025), las provincias más afectadas son La Habana, Matanzas, Santiago de Cuba y Holguín, con reportes semanales que superan los 6,000 casos por provincia. La cifra de 20 personas en estado crítico que se menciona en el texto original corresponde únicamente al corte del 13 de noviembre.
Sin embargo, nuevas declaraciones del Minsap el 18 de noviembre elevaron ese número a 32 pacientes en condición crítica, y aunque no se han reportado muertes oficialmente, organizaciones médicas independientes han advertido sobre subregistros debido a la falta de pruebas de diagnóstico, especialmente en zonas rurales y montañosas.
El brote se desarrolla en un entorno donde el acceso a medicamentos básicos como paracetamol, ibuprofeno, y sueros orales es extremadamente limitado. Farmacias estatales han reportado desabasto de más del 75% de los medicamentos esenciales, según datos divulgados por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos en octubre de 2025.
Esto ha llevado a que muchos pacientes intenten tratarse en casa sin supervisión médica, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y secuelas.
Por último, la falta de personal médico también es un factor crítico. El Ministerio de Salud confirmó que más de 12,000 profesionales de la salud han emigrado en los últimos tres años, debilitando los sistemas de respuesta rápida ante brotes infecciosos. La situación actual está llevando a la implementación de brigadas sanitarias improvisadas con estudiantes de medicina, como se ha visto recientemente en Cienfuegos y Artemisa.
Esta combinación de factores convierte al brote de chikunguña en una crisis sanitaria de alta magnitud, con efectos colaterales no solo en la salud pública, sino también en la productividad, el abastecimiento alimentario y la estabilidad social de la isla.
