APRUEBAN CAZA DE OSOS NEGROS EN FLORIDA

APRUEBAN CAZA DE OSOS NEGROS EN FLORIDA

ESTADOS UNIDOS.–  Florida vivirá en diciembre de 2025 su primera temporada de caza de osos negros en una década.

La decisión, adoptada por unanimidad por la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés), permitirá un periodo de caza regulada de 23 días, del 6 al 28 de diciembre, con un límite estricto de 187 permisos emitidos mediante sorteo.

Según la FWC, la medida busca controlar el crecimiento de la población de osos negros, estimada actualmente en alrededor de 4 mil ejemplares, y reducir los conflictos con humanos, que han aumentado en los últimos años.

La autorización llega en un contexto marcado por un incremento de reportes de avistamientos y agresiones, incluyendo un ataque mortal ocurrido en mayo de 2025.

El organismo regulador sostiene que la caza controlada es una herramienta de manejo poblacional que, de aplicarse antes de que la población alcance niveles insostenibles, evitará crisis futuras en las que los hábitats no puedan sostener a más ejemplares.

La FWC detalla que las estimaciones recientes muestran un crecimiento significativo de la especie en al menos cuatro de las siete unidades de manejo de osos del estado, particularmente en las zonas noroeste, norte, centro y sur. En estas regiones se concentrará la caza, dejando fuera áreas donde la densidad poblacional sigue siendo baja o incierta.

El programa de caza tendrá reglas estrictas. Solo se permitirá capturar un oso por permiso, y estarán prohibidas las capturas de hembras con crías o ejemplares de menos de 45 kilogramos. Entre los métodos autorizados se encuentran armas de fuego, arcos y flechas, y trampas de cebo, aunque estas no podrán implicar la alimentación directa a los osos.

El uso de perros entrenados estará permitido solo a partir de 2027, como parte de un plan gradual de implementación.

Los permisos tendrán un costo de 100 dólares para residentes y 300 para no residentes, con un cargo adicional de 5 dólares para participar en el sorteo de asignación.

La decisión no ha estado exenta de polémica. Organizaciones conservacionistas y grupos de defensa de animales calificaron la medida como “barbarie legalizada” y denunciaron que los datos utilizados por la FWC no son lo suficientemente recientes ni precisos para justificar la caza.

También recordaron el antecedente de 2015, cuando Florida celebró su primera caza de osos en más de 20 años. En aquella ocasión, el objetivo era abatir 320 ejemplares en una semana, pero los cazadores mataron a más de 300 en apenas dos días, incluyendo hembras lactantes, lo que obligó a cerrar la temporada de forma anticipada.

Para los críticos, el riesgo de que se repita una matanza similar sigue presente, pese a las nuevas restricciones.

Algunos opositores sugieren que el verdadero origen de la medida radica en presiones políticas. Varios miembros de la FWC fueron nombrados por el gobernador Ron DeSantis, quien ha respaldado políticas de uso intensivo de recursos naturales y medidas de control de fauna.

Ambientalistas insisten en que existen alternativas no letales para reducir los conflictos con osos, como mejorar el manejo de basura, instalar cercas eléctricas en comunidades rurales y reforzar programas educativos para la coexistencia.

La FWC, por su parte, asegura que la decisión se basó en criterios técnicos y en datos obtenidos en campo. El organismo afirma que la recuperación de la población de osos negros en Florida es un éxito de conservación y que, como sucede con otras especies, la caza regulada puede formar parte de una gestión sostenible.

La agencia también argumenta que, al limitar el número de permisos y definir zonas específicas, se minimizan los riesgos para la viabilidad de la población a largo plazo.

El debate sobre la caza de osos negros en Florida no es nuevo, pero la reactivación de esta práctica en 2025 se da en un contexto distinto al de hace diez años.

El crecimiento urbano, la expansión de carreteras y la reducción de hábitats naturales han incrementado las posibilidades de encuentros peligrosos entre humanos y osos.

Para algunos residentes de áreas rurales, la autorización de la caza representa una medida necesaria para proteger a sus familias y propiedades. Para otros, es un retroceso en la protección de la vida silvestre que envía un mensaje equivocado sobre la convivencia con especies nativas.

Con la fecha de apertura programada para diciembre, Florida se prepara para una temporada de caza que será observada de cerca por ambientalistas, cazadores, comunidades locales y medios nacionales.

El resultado de esta experiencia podría influir en las políticas de manejo de vida silvestre no solo en el estado, sino también en otras regiones de Estados Unidos que enfrentan desafíos similares con especies grandes y potencialmente peligrosas.

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Redacción

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