EL CRISTO DE LA AGONÍA
Coscomatepec, Ver.- En el templo de San Juan Bautista de Coscomatepec de Bravo, se venera la imagen del Cristo de la Agonía o Cristo de Limpias; del cual solo existen 3 réplicas en el mundo.
Además del Cristo de Coscomatepec, existe otra imagen en la villa de Limpias, provincia española de Cantabria, su lugar de origen, mientras que otra se encuentra en la Habana, Cuba.
Desde el año 1900, se corrió el rumor de que el Cristo de la Agonía, que se encontraba en Limpias, movía sus ojos, dando la sensación de un cuerpo vivo, que palidecía, sangraba y sudaba.
Se sabe que el Cristo de Limpias o de la Agonía, tenía como destino final la ciudad de Xalapa, sin embargo como la ruta del tren llegaba solo hasta Coscomatepec, lo bajaron en este punto con la intención de llevarlo en carretas hacia su destino original.
De acuerdo a la tradición oral y escrita, el mal clima impidió que se continuara su camino y fue colocada en Coscomatepec, a donde llegó la gente a orar. Ante estas demostraciones de cariño, José María Heredia Esperón, hombre pudiente de aquel entonces, decidió comprarlo y donarlo a la iglesia para venerarlo en la Capilla del Sagrario.
EL ORIGEN DEL CRISTO DE LA AGONÍA
Se cree que el Cristo de la Agonía fue venerado en Cádiz en la Iglesia de los padres Franciscanos y que ésta al ser derrumbada por unas inundaciones, pasó al oratorio de Don Diego de la Piedra, caballero profeso de la Orden de Santiago.
Su rostro tiene una expresión indescriptible, de una belleza particular: posa su mirada hacia el cielo y, según el punto de vista de donde se mire, la expresión es distinta, no solo de dolor, sino de oración y contemplación al Padre.
Cuentan que un maremoto amenazó la ciudad de Cádiz, y por ello, el pueblo cristiano sacó en procesión las imágenes más veneradas; las aguas se detuvieron y comenzaron a retroceder ante la Santa imagen del Cristo de la Agonía. En vista del prodigio, el pueblo agradecido pidió que la imagen del Santo Cristo fuera puesta en veneración exclusiva en una de las Iglesias de Cádiz, siendo la Villa de Limpias la elegida. A partir del 30 de marzo, de 1919 se corrió a los cuatro vientos que en Limpias sucedían eventos extraordinarios. Decían que la hermosa imagen del Santo Cristo movía sus ojos, dando la sensación de un cuerpo vivo, que palidecía, sangraba y sudaba.
El nombre de Limpias se hizo famoso y sus calles fueron visitadas por peregrinos que provenían de todas partes del mundo.
En la iglesia de Limpias se conservan miles de testimonios de personas que presenciaron manifestaciones del Cristo de la Agonía, entre ellos, los de miembros de órdenes religiosas, sacerdotes, médicos, abogados, profesores, catedráticos, oficiales, mercaderes, ganaderos, no creyentes y hasta ateos.